ORATORIA
TRES PILARES DE LA ORATORIA
De oratoria se puede hablar mucho, y si podemos hablar mucho entonces podemos ser buenos oradores. ¿Qué es lo que impide que todas las personas se conviertan en excelentes oradores?
Por supuesto que la principal causa de ser un buen orador es el ESTADO INTERNO de la persona. Las emociones nos gobiernan, y si nos da miedo hablar en público, o nos falta confianza, a través de los mensajes no verbales, tarde o temprano, se transmite.
Lo primero que haría antes de aprender cualquier técnica de oratoria, sería aprender a tener confianza y fluir con la situación (en la oratoria preferimos fluír más que controlar)
Ahora, no voy a referirme a eso, porque ese es otro capítulo de la historia. Supongamos que ya pasamos esa etapa, y nos animamos a hablar en público. He aquí algunos puntos a tener en cuenta a la hora de realizar una buena presentación.
OBJETIVO EN LA ORATORIA
Parece mentira pero la mayoría de los oradores no se plantean su objetivo. O mejor dicho, creen que el objetivo es transmitir la información. Este es un GRAVE error. El objetivo de un orador debe estar definido en términos de “QUE” es lo que quiero que le suceda a mi audiencia. Por ejemplo:
1) Lograr que visualicen algo (el futuro de sus hijos)
2) Que hagan algún movimiento físico (firmar un contrato)
3) Generar una emoción y cuál (esperanza, alegría, toma de consciencia)
4) Que puedan verbalizar lo que transmití (entender lo que digo desde sus propios puntos de vista)
Estos son METAOBJETIVOS, como solemos denominar en PNL a todo lo que está en un nivel superior. El objetivo es transmitir la información, pero el METAOBJETIVO está en un nivel superior. ¿Qué quiero generar en la audiencia?
PRUEBAS EN LA ORATORIA
¿Cómo determina un orador si lo que está haciendo está bien hecho? ¿Qué tipo de pruebas utiliza?
Donde una presentación hay un bombardeo de mensajes de ida y vuelta, del orador a la audiencia tal vez más verbales, pero la audiencia te está arrojando mensajes permanentemente en forma no verbal. El feedback es la base para determinar si lo que estoy diciendo y cómo lo estoy diciendo funciona. Si sos de aquellos oradores que no ven a su público hasta que terminan su discurso, estarán en problemas.
El contacto ocular es un lazo de ida y vuelta. Doy y recibo feedback cada vez que miro a una persona. Además, el feedback puede ser medido de diversas maneras:
¿Hay personas bostezando?
¿Algunos hablan entre ellos?
¿Se ríen de mis chistes?
¿Asientan con la cabeza lo que digo?
¿Me preguntan o permanecen callados?
¿Están de brazos cruzados o plácidamente sentados?
FLEXIBILIDAD EN EL ORADOR
¿Qué hace el presentador cuando no se acerca a su objetivo? Es decir, cuando la prueba le indica que las cosas no están saliendo bien. Antes de cualquier presentación, el orador tiene que tener sus ases bajo la manga.
¿Qué pasa si logró hacerlos emocionar? ¿Qué hago si alguien se opone u ofrece resistencia? Por supuesto que esto lo da la práctica, pero es hora de hacer consciente lo inconsciente, para poder ser más efectivos. Tal vez sepamos hacer ciertas cosas, pero no sabemos cómo es que lo hacemos.
Cualquier orador que se sienta en un buen estado interno, que tenga un objetivo claro, sepa recibir feedback y evaluarlo, y tener la capacidad de actuar en forma flexible, tiene asegurado una buena presentación. Lo demás son condimentos.
Casualmente, realizar una OPERACIÓN que nos acerca al OBJETIVO, observar la PRUEBA, volver a realizar otra operación, observar nuevamente la prueba hasta decidir que se alcanzó un objetivo y entonces SALIR, es lo que se conoce en PNL como POPS (PRUEBA-OPERACIÓN-PRUEBA-SALIDA) y es el mecanismo por el cual un bebé puede comenzar a pararse o el mismo que utilizamos cuando nos compramos una cámara fotográfica nueva. Es la base del proceso de aprendizaje.