LOS VIRUS MENTALES Y LA PRENSA
NOTA EN REVISTA PARA TI SOBRE VIRUS MENTALES
Escribimos un artículos sobre los virus mentales, y ha tenido tanta repercusión, que la Revista Para Ti se interesó, y nos hizo una entrevista que terminó en esta nota. Esto nos da una idea acabada de las necesidades y falencias de esta sociedad. Compartimos la nota que IAFI hizo para la revista Para Ti bajo el título «Mandatos Virales«
A continuación la transcripción de la nota:
Tengo que terminar todo lo que empiezo», «ser fuerte, proactiva y responsable», «con esto no puedo», «siempre termino haciendo lo mismo», «si no trabajo duro,no voy a llegar a ningún lado», «nunca reconocen lo que hago», «los hombres son in.fieles y, antes o después, te traicionan».
Si te sentís identificada con alguna de estas frases, quizás sea momento de evaluar la posibilidad de que estés somatizando uno de los tantos virus mentales (siguiendo el término acuñado por el Coach y Trainer en PNL, Axel Persello, después de analizar algunos de los padecimientos y luchas de sus consultantes) que suelen «infectar» nuestro inconsciente.
Los virus mentales se reproducen y multiplican, veloz y solapadamente, suelen invadir todos los órdenes de nuestra vida y es complejo detectarlos a tiempo. «Son esos mandatos o ideas que no se ponen en duda, a pesar de que suelen hacer daño y atentar contra nuestro disfrute, relajo y felicidad, porque están muy arraigados», analiza Persello desde el centro que dirige, el Instituto Americano de Formación e Investigación, IAFI.
Detrás de cada virus hay una creencia limitante que le da su razón de ser. Por ejemplo, detrás de la toxina de la perfección está la idea de que «las cosas se hacen bien o no se hacen». Como repetía mamá. Porque justamente estas construcciones invasoras empiezan a inocularse silenciosamente en nuestro organismo a muy corta edad y continúan empoderándose a mansalva hasta infectarlo todo.
Claro que no todos los juicios construidos son nocivos o disfuncionales. Lo explica Persello: el problema es cuando se convierte en una limitación y, en lugar de expandirse, constriñen el panorama de posibilidades.
Los síntomas, por fortuna, suelen ser bastante evidentes: angustia, sensación de vacío, incomodidad, ansiedad, malestar, procrastinación o tristeza. Es el caso de esa amiga que pasó los cuarenta sin haber tenido un hijo y no consigue relajarse en una relación romántica, o quien estudió la carrera heredada sin preguntarse si era su verdadera vocación.
«Un ejercicio que suele ser muy elocuente para arribar al propio deseo consiste en intercambiar la palabra ‘debo’ por ‘quiero’ en ciertas afirmaciones».
Axel Persello, Coach Ontológico
SISTEMA INMUNE CENTRAL
Como siempre, detectar la creencia que está detrás del conflicto suele ser un punto de partida para comenzar a soltar las ideas limitantes. El segundo paso es preguntarse: ¿cómo viviría y me sentirla si dejara de pensar que tengo que tener un hijo? ¿Qué haría si pudiera relajarme más y no intentara hacer todo perfecto?
Otro ejercicio que suele ser muy elocuente para arribar al propio deseo, comparte el Coach y Trainer Axel Persello, consiste en intercambiar la palabra «debo» por «quiero» en ciertas afirmaciones que aparecen como obligaciones indiscutidas. Las incongruencias suelen aparecer con bastante facilidad.
Una vez que la creencia es identificada, es momento de indagarla, ponerla patas para arriba y cuestionarla. ¿Esta idea sigue siendo efectiva para mi desarrollo o es tiempo de cambiar?
X Los virus mentales son creencias con apariencia de verdades absolutas que amenazan en todos los órdenes de la vida y no siempre son perjudiciales para una vida feliz. Constituyen un problema a atacar cuando queremos desterrarlos y nos damos cuenta de que persisten y nos condicionan.
X Es fácil reconocerlos porque se expresan con frases que comienzan con «tengo» y «debo».
X En ocasiones se multiplican y reproducen de generación en generación y provocan malestar, autoexigencia, culpa,
ansiedad, angustia y estrés en el cuerpo infectado.
X Son muy difíciles de combatir porque algunos tienen una «estructura molecular» muy compleja y los síntomas no se perciben rápidamente.
X Para su tratamiento no hay recetas únicas. Lo importante es empezar a ponerlos en duda y formular un plan de ataque para debilitarlos y mantener en alerta nuestro sistema inmunológico