Semillas y Creencias
Dice Robert Dilts, basándose en una metáfora de Jesús, que las creencias son como las semillas y el sembrador. Las semillas tienen una identidad propia. El sembrador solo debe darles el lugar apropiado y cuidar de ellas, pero la semilla sabe lo que tiene que hacer y en qué se transformará, porque tiene identidad.
- Si el sembrador deja la semilla sobre un suelo que no tiene profundidad, los pájaros se la llevarán.
- Si cae en un suelo duro y lleno de piedras, puede que sus raíces crezcan, pero cuando el sol caliente las raíces, no alcanzará suficiente profundidad, y se marchitará.
- Si la semilla está muy cerca de otras o en un lugar donde hay maleza, morirá porque deberá competir por los nutrientes.
Solo si la semilla cae en suelo fértil y profundo puede crecer y desarrollarse para dar fruto.
Las creencias son esas semillas. Alguien dice: “Yo puedo cambiar”, “Yo puedo recuperarme” o “Puedo mejorar”, pero muchas veces esas creencias no tienen base, son palabras en el vacío, y cuando alguien diga “Afrontá la realidad, no podés hacer eso”, esa creencia se va a desvanecer y se la llevará el viento o los pájaros, cómo a la semilla que no tiene profundidad. Luego la persona se sentirá abrumada, confundida e insegura.
Cuando la semilla cae en el suelo lleno de piedras, aparecen nuestras limitaciones del pasado. Aún si hubiera una parte de la persona que acepta la creencia “que puede mejorar”, sus raíces encuentran resistencia. Podríamos decir “Yo sé que esta vez me lo merezco”, “La tercera es la vencida” o “Ya aprendí a manejar estas situaciones”, pero cuando estemos bajo la presión que genera el cambio, la nueva creencia comienza a marchitarse. Están esas viejas creencias del pasado que no permiten que nuestra nueva semilla eche raíces de verdad.
Si nuestra semilla está junto a otras comenzará a competir para ver cuál será la que cubra el huerto. Una crecerá y le quitará a la otra los nutrientes del suelo fértil. Entonces es cuando tenemos un conflicto: dos tratando de vivir en el mismo lugar. Puedo creer que sería bueno regresar a mi país y por otro lado creer que mi país es inseguro para vivir ahí. Puedo creer que necesito ir al gimnasio porque estoy gordo, y creer que necesito más tiempo para descansar. Que necesito hacer amigos y que no le agrado a la gente. Que quiero formar una familia y que lo mejor es tener amplias libertades. Que los hombres o mujeres no me entienden y que necesito estar en pareja. Que debo cuidar de los otros y que tengo que dedicar tiempo y plata en mí. Todas estas creencias estarán compitiendo permanentemente y generando conflictos en mí.
Cuando tenemos conflictos de creencias, entonces una parte nuestra quiere hacer algo, pero la otra parte nos regaña por lo que hacemos. Y si no lo hago, la parte que lo quería también me lo reprocha. Estamos ante una situación perder – perder. Haga lo que haga siempre estará mal. Y esto, claramente, es lo que desata el estrés y por supuesto, disminuye la capacidad de nuestro sistema inmunológico.
Al igual que las semillas, ¿Cuántas creencias tuyas no tienen una base sólida? ¿Cuáles son las que te cuesta mantener porque existen otras creencias más antiguas que actúan como piedras? ¿Cuáles compiten entre sí manteniéndote en conflicto permanente?
Axel Persello
www.iafi.com.ar
Trainer en PNL
Axel Persello con Robert Dilts y Judith DeLozier
PNL EN ARGENTINA